martes, diciembre 18, 2007

Soñé con Benetti

Seba Coppola siguió festejando su gol y la clasificación invicta de Se te perdió Algo?. Y contó que -la noche del viernes soñó con aquel gol del pibe que le dio al club de la rivera el título del 92.


Son más de las ocho de la noche y todavía hay ruido de fiesta en las inmediaciones de la pileta de pinazo. Algunas personas esperan en la nueva garita de seguridad mientras los integrantes del plantel salen uno tras otro. Una firma por acá, un besito y una palmada por allá. Ya no están Sendon, ni Fosatti,... Las figuritas codiciadas de siempre están camino a sus casas, mientras en el vestuario la lesión recuperada del Bati recibe algunas caricias de parte del médico.

De repente la puerta se abre y se arma un lío tremendo. El que sale es Fernandez Prato, y escondido tras su sombra, el goleador de la tarde del sabado, esquivando las miradas, más que nada por timidez.

El Gol country familiar lo lleva hasta su departamento y ahí sí aparece en toda su magnitud esa felicidad que tenia contenida.

Está en su hábitat, entre sus familiares, y afectos, pero esta vez en el rol de niño mimado. Melodías Surfers, su música favorita, suenan por todos lados. Llueven los saludos, se multiplican los abrazos... No lo puede creer, siente que está viviendo un sueño. Como el que tenía el sábado por la noche, cuando con los ojos abiertos se le repetía una imagen. "El viernes no me podía dormir y pensaba todo el tiempo en ese gol que metió Benetti en el 92. Se me cruzaba esa imagen por la cabeza a cada ratito. Soñé con Benetti y después tuve la suerte de entrar y hacer el gol. Increíble, ¿no?", se ríe Seba.

"Se me ocurría que iba a hacer el gol. No sé por qué, pero pensaba en aquella final inolvidable con el Atlético Madrid, en lo que había ocurrido y en que se podía repetir”, la sigue el pibe oriundo de la calle Enrique Martinez.

Le cuesta entender de qué se trata todo esto, es como que todavía no cayó. Se ríe casi por inercia, está feliz de la vida y no encuentra forma de disimularlo.

Fueron siete días acunando una misma ilusión. "Durante la semana me maté en cada práctica.
Tenía muchas ganas de jugar, de demostrarle a Sendon que estaba bien. Cuando me enteré de que figuraba entre los concentrados me puse contento, pero enseguida me dieron ganas de más, quería algo más. No sé, hasta ser titular quería. Gracias a Dios se me dio", explica y le entra a otro poquito de gaseosa, para matar la sed, para hacer una pausa en un sabado tremendo que no terminaba y que en el medio hasta tuvo un diálogo telefónico con Dickie Martin a través del Multimedios DROP.

Ahora la imagen que le da vueltas por la cabeza es la de su gol, ese que sirvió para asegurarle a Se te perdió algo? llegar con 5 triunfos a una nueva final , a la revancha , en busca de su octavo título.

"Enseguida pensé en la gente del Aikido que me estaba mirando, en mi familia, en las chicas de Congo, en muchas cosas... Es una emoción muy grande que griten tu apellido. Nunca me lo hubiera imaginado. Cuando estaba en la camilla lloraba de la emoción. Fue una mezcla de sensaciones, fue muy extraño", relata este joven de 33 años, quien vuelve de una lesión que lo había marginado del plantel.

Los gritos, los abrazos, los festejos... Todo permanece en su mente y se repite una y otra vez, como en un cuento. "Nunca perdí la ilusión de volver a repetir el histórico gol que le dio el campeonato a Se te perdió algo? en la final vs el Aleti y la verdad que tener la posibilidad de repetirlo es lo más grande que hay. Todavía no caigo, tal vez más adelante me dé cuenta de lo que pasó hoy"

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